Por José Royo.
De nuevo la polémica salpica al excelente jugador tejano Patrick Reed. Esta vez por conseguir salvar una horrible posición de bola anidada en el rough profundo del Torrey Pines de San Diego convirtiéndola en bola empotrada con el consiguiente alivio sin penalidad. Aquí podéis ver un vídeo de lo que ocurrió.
Pasó de estar mirando la posibilidad de hacer bogey o peor a sacar un par rutinario. Y todo bajo la supervisión de uno de los árbitros del PGA Tour al que consultó después de marcar y levantar la bola para comprobar si estaba o no empotrada. Y ahí viene toda la polémica. Cuando llega al lugar donde reposa su bola pregunta y un voluntario que estaba por la zona le dice que él no ha visto que la bola haya rebotado, pero las imágenes de televisión dejan muy claro que sí lo hace y que el segundo bote lo da desde una altura de un metro aproximadamente.
Desde el punto de vista de jugador, nunca nunca, pero nunca nunca de los jamases, me he encontrado una bola empotrada en rough o calle que viniese de un rebote. Es que es materialmente imposible que esto ocurra. La física está ahí para demostrar que con la masa de una bola de golf, a la velocidad que cae y desde esa altura es imposible que se pueda enterrar en el recorrido.
Y ahora surge la pregunta definitiva: ¿qué diablos vio Reed para intuir que su bola estaba empotrada? Si estamos seguros al 100% que esa bola no se clavó, ¿un jugador de su talla no sabe diferenciar cuando una bola está empotrada o no o es que intentó jugársela al árbitro y lo consiguió? Sea como fuere si hubiese sido cualquier otro jugador seguro que no se habría creado tanto jaleo, pero el problema es que este ha estado envuelto en el pasado en varias polémicas por haber hecho trampas, como la escandalosa acción que protagonizó en la tercera ronda del Hero World Challenge en Bahamas. Aquí podéis ver la secuencia completa.
¿Es Patrick Reed un tramposo como aseguran muchos aficionados y varios jugadores del Tour o es que tiene muy mala suerte? La duda está ahí y desde ahora este jugador va a ser mirado con lupa en todas sus acciones.
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